Hablar de la NOM 236 podría parecer una cuestión del pasado, pero la posibilidad de que esta normativa sobre inspecciones fisicomecánicas resurja, está ganando terreno una vez más en la agenda de la industria automotriz.
Publicada en el Diario Oficial de la Federación en mayo de 2022, esta norma estaba destinada a regular las inspecciones fisicomecánicas de vehículos ligeros que no excedieran las 3.8 toneladas. Sin embargo, pocos meses después, en noviembre del mismo año, la Secretaría de Economía, bajo el liderazgo de Tatiana Clouthier, decidió cancelarla.
La justificación oficial para su cancelación se centró en el posible impacto económico que la medida podría tener en las familias mexicanas que utilizan sus vehículos como herramientas de trabajo. Clouthier argumentó que la implementación de esta norma podría afectar “negativamente” los ingresos de estas familias, al imponer gastos no previstos para aprobar las inspecciones, incluyendo tanto el costo de la verificación como las reparaciones necesarias para cumplir con los requisitos.
“De esta manera se beneficia a la economía de la población mexicana que cuenta con vehículos de trabajo, familiares y de uso doméstico”, aseveró en su momento. No obstante, la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA) ha insistido en la importancia de revivir la NOM 236.
Guillermo Rosales, presidente de la AMDA, señala que la falta de una regulación efectiva en cuanto a las condiciones fisicomecánicas de los vehículos contribuye a “mantener condiciones de obsolescencia vehicular que deterioran la salud y el patrimonio de las personas, además de impactar económicamente en ineficiencia y gastos mayores por descomposturas”.
El parque vehicular en México tiene un promedio de edad de 19 años, lo que implica que muchos
vehículos en circulación están lejos de cumplir con los estándares modernos de seguridad y eficiencia.
Desde la perspectiva de la AMDA, reactivar la NOM 236 es esencial no solo para mejorar la seguridad
vial, sino también para reducir el impacto ambiental y económico de un parque vehicular envejecido.
En su momento, la creación de la NOM 236 fue el resultado de un grupo de trabajo conforme a la Ley
de Infraestructura de la Calidad, pero desde su cancelación, no se han retomado las conversaciones
oficiales para reactivar la norma.
A pesar de esto, la industria automotriz no ha perdido la esperanza y ha intensificado sus esfuerzos de
cabildeo. La AMDA, junto con otras asociaciones líderes del sector, ha enviado a los candidatos
presidenciales, entre ellos a Claudia Sheinbaum, un documento en el que se abordan las demandas
prioritarias para la industria automotriz en el próximo sexenio.
A pocos meses de que Sheinbaum asuma la presidencia, el sector automotriz ve con optimismo su
formación ambientalista, considerando que podría ser una “oportunidad” para reactivar la NOM 236,
más allá de los argumentos esgrimidos en su momento para su cancelación.
Rosales destaca que en la mayoría de los países donde se aplica la inspección técnica vehicular de
carácter universal, las pruebas de emisiones y de condiciones fisicomecánicas se realizan en el mismo
evento, con un costo similar al que ya se paga en lugares como la Ciudad de México solo por la
verificación de emisiones.
“Además, los módulos de verificación modernos cuentan con el equipamiento necesario para realizar la
inspección técnica vehicular integral, por lo que no habría un costo significativo para los
automovilistas”, asegura.
Fuente: https://www.expansion.mx
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