Mediante el leasing se pueden adquirir toda clase de bienes, ya sean muebles o inmuebles
De un tiempo a esta parte, muchas personas optan por el leasing a la hora de disfrutar de un bien mueble o inmueble. El leasing es un tipo de alquiler donde se incorpora una opción de compra en favor del arrendatario al finalizar el periodo del contrato. La ventaja principal es que una vez finalizado dicho periodo de alquiler, se puede comprar el bien por un importe muy inferior a su valor en el mercado en el momento actual.
Habitualmente entre los arrendamientos financieros destaca el leasing para empresas, aunque también existe el leasing para particulares y autónomos. A todos los contratos de leasing jurídicamente se les califica como arrendamientos de alquiler.
Desde el punto de vista financiero se les considera como a una compraventa, puesto que se estima que el objeto final del leasing es la adquisición del bien. De este modo, aunque la propiedad jurídica del bien es del arrendador hasta el ejercicio final de la opción de compra, desde la perspectiva contable, el bien siempre figurará dentro del activo en los estados financieros del arrendatario, mientras que el arrendador lo considerará como una venta desde el primer momento en el que se firma el contrato.
Para qué sirve el arrendamiento y cuáles son sus principales ventajas
Mediante el leasing se pueden adquirir toda clase de bienes, ya sean muebles o inmuebles. Muchas empresas y particulares optan por este tipo de arrendamientos financieros para adquirir maquinaria, camiones, ordenadores, oficinas, fábricas o muebles entre otras cosas.
Los principales motivos son evidentes, en ocasiones necesitamos renovar equipos o ampliar instalaciones y no disponemos del capital necesario para la compra. Así mismo, a veces, aunque se disponga de la cantidad económica necesaria para adquirir el bien, puede ser más rentable fiscalmente la compra mediante leasing, puesto que este tipo de arrendamiento financiero ofrece beneficios tributarios varios como por ejemplo una gran disminución en el valor de los impuestos a pagar, ya que al firmar el contrato de leasing el bien no está a tu nombre.
El leasing, por lo tanto, mantiene libre tu capacidad de endeudamiento. Dispondrás de más efectivo para atender a otras necesidades y podrás financiar el valor total de la inversión. Podrás aumentar la productividad de tu negocio sin necesidad de endeudarte. Toda la tramitación en este tipo de contrataciones es rápida y sencilla.
Si te interesa tener tu negocio a la última en nuevas tecnologías, el leasing sin duda puede ser tu mejor opción a la hora de adquirir equipos nuevos. Recuerda que, al finalizar tu contrato de arrendamiento, podrás adquirir dichos equipos por un precio muy inferior al del mercado; pero si no te convence su rendimiento y quieres probar una maquinaria más moderna y actual, podrás adquirirla de nuevo mediante otro contrato de leasing.
Todos estos tipos de arrendamientos financieros son flexibles conforme a plazos, servicios y cantidades a desembolsar. Solo usas el bien durante la vigencia del contrato, y al finalizar el mismo, tu eliges si lo compras definitivamente o si decides renovar tu equipo mediante otro arrendamiento. De esta forma, evitas la obsolescencia en la maquinaria de tu negocio.
Fuente: elperiodicodevillena.com
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