La economía mexicana entró en una recesión técnica, después de dos trimestres seguidos en números rojos.
El año de la recuperación se quedó corto. La economía mexicana creció un 5% en 2021, tras desplomarse un 8,2% en 2020 por el impacto de la pandemia. El país, además, entró en recesión técnica al cierre del año, al sumar dos trimestres consecutivos con retrocesos. En los últimos tres meses, la economía cayó un 0,1% respecto al trimestre anterior, según datos preliminares revelados este lunes por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). La mala cifra confirma el estancamiento de la economía y el final del efecto rebote tras la reapertura.
El dato preliminar, de confirmarse, es peor que los pronósticos. La Secretaría de Hacienda preveía un crecimiento del 6,3% para 2021 y el Banco de México, uno del 5,4%. La esperada recuperación ha quedado lastrada por la inflación y los problemas en las cadenas de suministro. Los coletazos de la pandemia, con el reciente auge de casos por la variante ómicron, han complicado aún más el panorama. Si atendemos a las proyecciones para 2022, los niveles de actividad anteriores a la crisis sanitaria no se alcanzarían hasta 2023 o 2024.
La caída en el cuarto trimestre se explica, sobre todo, por el retroceso del sector servicios, el de mayor peso en la economía mexicana, que disminuyó un 0,7% respecto a los tres meses anteriores. Mientras, la industria avanzó un 0,4% y el sector primario, que incluye las actividades agropecuarias, un 0,3%. Si se compara con el mismo periodo del año pasado, la economía creció un 5% en el cuarto trimestre.
Después de caer un histórico 17,3% en el segundo trimestre de 2020 por el cierre de actividades, México encadenó cuatro trimestres con datos positivos de crecimiento. Sin embargo, estos se han vuelto cada vez más modestos a medida que el efecto rebote se ha ido diluyendo. La economía cayó un 0,4% en el tercer trimestre del año, el primer retroceso desde el inicio de la reapertura. “La alta inflación del 2021 y la caída del PIB en la segunda parte del año sugieren que la economía atraviesa una estanflación, situación que no se veía en México desde la década de 1980″, señala la analista Gabriela Siller, de Banco Base.
Las perspectivas para este año también han empeorado. El FMI rebajó la semana pasada la proyección de crecimiento para México en 2022 de un 4% a un 2,8%. La inflación, que se ubicó en un 7,13% anual en la primera mitad de enero, ha deprimido las expectativas. El organismo internacional también ha recortado sus proyecciones para Brasil, la otra gran economía de la región. “En Brasil, la lucha contra la inflación ha provocado una fuerte respuesta de política monetaria que pesará sobre la demanda interna. Una dinámica similar está funcionando en México”, afirmó el organismo en su informe.
El Banco de México ha incrementado la tasa de interés cinco veces consecutivas hasta elevarla al 5,5% a mediados de diciembre. A eso se suma ahora la esperada subida de las tasas por parte de la Reserva Federal de EE UU, prevista para marzo. Esta decisión amenaza con provocar mayores incrementos por parte de los bancos centrales de la región para contener posibles salidas de capital, lo que ejercería mayor presión sobre la demanda interna en un contexto de débil recuperación.
Más allá de la inflación, la industria mexicana se ha visto afectada por la persistencia de los problemas en las cadenas de suministro, desbaratadas por el cierre de actividades en 2020. La producción de la industria automotriz, que representa cerca del 4% del PIB mexicano y que ha quedado tocada por la escasez de microchips, fue en 2021 un 2% menor a la del año pasado y estuvo un 22% por debajo de los niveles anteriores a la pandemia.
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