Después de tener un comportamiento extraordinario los meses de marzo-junio, las cifras de julio y agosto han sido decepcionantes, y dado el rol prominente de la industria automotriz en la economía nacional, vale la pena reflexionar sobre el riesgo que podría representar para la recuperación económica nacional.
La pandemia primero, pero más recientemente sus crisis internas (en particular la escasez de semiconductores) no permiten una tregua a este sector que mes a mes refleja la difícil situación por la
que está pasando. Incluso en la experiencia cotidiana, si tratamos de adquirir un auto en esta época nos daremos cuenta del calvario que eso implica, entre escasez de modelos, versiones y con tiempos de entrega más altos.
Lo anterior se refleja con nitidez en la evolución reciente del sector en México. La producción del sector automotriz en marzo 2021 registró un avance de 12,52% respecto al mismo mes del año anterior; en abril se disparó 7132.13% en su variación anual; en mayo un explosivo +956%; pero para junio la expansión se había moderado a un +5.52%. En julio, sin embargo, la fuerte recuperación se vio frenada por una caída de 26.5% y el dato más reciente muestra que en agosto la caída se registró en 21.44 por ciento.
Producción en México
La producción de vehículos en los últimos meses no se ha recuperado a niveles de prepandemia, y ni siquiera ha vuelto a alcanzar los niveles en los que se encontraba el año pasado. En agosto de este año
se produjeron 237,040 autos, mientras que en agosto de 2020 se llegó a la cifra de 301,739, una caída de 21.44 por ciento.
El dato de ventas de autos también se está frenando. A pesar de no registrar datos negativos desde
febrero de 2021, se encuentra demasiado cerca de ese punto: actualmente registra 1.45% respecto al mismo mes del año anterior.
Ya el dato del mes de agosto muestra que las ventas automotrices apenas fueron positivas en solo
1.45% respecto al mismo mes del año anterior, registrando un total de 78,235 ventas contra los 77,120
vehículos del mes de agosto de 2020. Pero si este mismo dato lo comparamos con el mes de agosto de 2019, año en el cual aún no se tenían afectaciones por la pandemia, el dato fue de 108,704 vehículos vendidos.
Y es éste el ángulo que quisiéramos destacar: los datos de empleos formales en el IMSS, las cifras de transporte de carga en autovías de peaje, las de vuelos comerciales y ocupación aeroportuaria, los
datos de ocupación hotelera en centras vacacionales, el aforo en transporte público, etc. muchos indicadores oportunos de la economía mexicana muestran que los niveles están ya próximos a los existentes ante de la pandemia de covid.
En muchos casos los datos están llenos de salvedades. Por ejemplo, en el caso de empleos formales, las cifras no son directamente comparables dado que la reforma laboral ha incrementado de manera
significativa el registro de plazas laborales en el IMSS. En el caso de los aforos carreteros, la carga se ha recuperado con mayor vigor que el pasaje, y en el aforo hotelero los destinos de turismo internacional se recuperan mejor que los de clientes nacionales.
Sector Automotriz
La recuperación económica es dispareja y desbalanceada, cierto, pero el malestar que se adivina en el
sector automotriz es preocupante pues no sabemos bien a bien si la debilidad viene del lado de la
oferta o de la demanda. ¿Lo que aqueja al sector automotriz es la falta de chips que impide producir y vender los autos que se están demandando?, ¿o acaso la demanda por autos permanece débil y los
inventarios siguen altos, debilitando por ello a la producción y a las ventas?
Sería muy valioso disponer de encuestas que permitieran responder a las interrogantes anteriores, porque dependiendo del diagnóstico identificaremos el riesgo. Si el problema es de ofertas debido a la
escasez de insumos, entonces estamos frente a un riesgo de inflación. Si la debilidad obedece a la demanda, entonces el riesgo es de una doble recesión, la cual sería complicado enfrentar dada la expansión previa de los déficit fiscales y el estímulo monetario.
La automotriz no es una industria cualquiera para México. Es la principal fuente de divisas, un imán de inversión extranjera, la principal empleadora a nivel sectorial, y un ejemplo de éxito en términos de
competitividad en el mercado global. Varias regiones del país dependen de este sector, y la cadena de suministro del mismo genera amplias externalidades que arrastran a otros sectores de la misma. Será
difícil que la economía mexicana entonces recupere su nivel prepandemia si el sector automotor no se recupera también. Y claramente su marcha es mucho más lenta que el resto.
Fuente: www.dineroenimagen.com
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